Las velas hoy en día representan una gran
manera de atraer la tranquilidad a casa, afirmar el equilibrio de la energía y
hacer de un ambiente el más acogedor, pero tal vez usted no sabe lo que se
oculta detrás de su llegada a Perú.
Y es que las velas fueron reproducidas en
el norte del Perú, especialmente en las zonas de Trujillo parte Sierra, en
aquellos lugares se usaba la grasa de carnero para crear una masa que ayudaba a
dar vida al fuego por largos espacios de tiempos, más adelante fue usado como
un accesorio que ayudaba a los curanderos para alumbrar su noches de penumbra
cuando realizaban sus amarres de amor, pasado ese tiempo se supo que las velas empezaron hacer
reproducidos en todas partes de Perú y se convirtieron en un artículo
indispensable en todas las casas, debido a que no solo servía para atraer al
ser amado en los conocidas conjuros amarres de amor,
sino que también tenía un uso masivo en el alumbrado de hogares.
Ya en 1890 se crearon varios talleres
dedicados íntegramente a la fabricación de velas para uso doméstico y
posteriormente se hizo uso de los diseños esotéricos y de decoración. No cabe
duda que este artículo hecho en cera ha revolucionado a la industria, dando
grandes frutos y llenando un mercado que por muchos años estuvo atendido de
manera rudimentaria.
Cabe precisar que las velas esotéricas, en
especial las denominadas velas de atadura fabricadas para los amarres de amor
son, después de las velas decorativas, las más compradas.